El apóstol San Juan: un joven amoroso e impetuoso

CATÓLICO INSTRUIDO, NO SERÁ CONFUNDIDO

El apóstol San Juan: un joven amoroso e impetuoso

San Juan Evangelista - Pompeo-Batoni-San-Giovanni-Evangelista-Basildon-Park-The-Iliffe-Collection-The-National-Trust-05     Hay dos personajes en el Nuevo Testamento con el nombre «Juan». Uno es San Juan Bautista, quien por cierto es una de las tres figuras que se destacan en la Liturgia en este tiempo de Adviento, junto al profeta Elías y a María Santísima, por ser personajes que nos enseñan cómo se prepara la venida de Jesucristo. Y San Juan apóstol, cuya fiesta es el 27 de diciembre; se trata del joven judío de Galilea, hijo de Zebedeo, hermano de Santiago (el Mayor), ambos eran pescadores, precisamente estaban remendando las redes a la orilla del lago de Galilea, cuando nuestro Señor Jesús los llamó a su servicio (Mateo 4, 21; Marcos 1,19), igual que acababa hacerlo con Pedro y Andrés. Fue el propio Jesucristo quien les puso el sobrenombre de «Boanerges», que quiere decir «hijos del trueno» (Mc 3, 17), se creé que este apelativo se debía a su temperamento (Lucas 9, 54).     Etimológicamente «Juan» significa: «El Señor ha dado su gracia», y vaya que con Juan fue notorio, con justa razón se autonombraba «el discípulo amado», pues fue uno de los 3 apóstoles más cercanos al Maestro y a quienes, podría decirse, que les fueron conferidos grandes privilegios. Por ejemplo, Juan estuvo junto a Pedro y Santiago cuando Jesús, en Cafarnaúm, curó a la suegra de Pedro (Marcos 1, 29-31); también cuando Jesús hizo que la hija de Jairo (jefe de la sinagoga), volviera a la vida (Marcos 5, 37-42); presenció la Transfiguración del Señor (Marcos 9, 2-4); estuvo con Él en el Monte de los Olivos cuando se lamentó por Jerusalén y pronunció el discurso sobre el fin de la ciudad y del mundo (Marcos 13, 3-8); Jesús lo escogió, junto a Pedro, para ir a preparar la sala para la Cena de Pascua (Lucas 22,8), durante la cual, según la Tradición, Juan colocó la cabeza sobre el pecho del Maestro (Juan 13, 23); también estuvo con Jesús en el Huerto de Getsemaní, cuando se retiró a orar con el Padre, antes de su Pasión (Marcos 14, 32-33); fue el único apóstol que estuvo al pie de la Cruz de Cristo, junto a la Madre de Dios y a otras mujeres piadosas y valientes (Juan 19, 25-26); y bueno, ahí le da el Mesías el mayor de los regalos, deja bajo su cuidado a su Madre Santísima, la Virgen María, quien desde entonces se fue a vivir con él (Juan 19, 27). Sigue leyendo